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29/07/2004

Happy birthday to me 

 
Bueno,  escribir un post recién levantado es algo no muy recomendable pero tiene algo en común con el membrillo en porciones: una y no más. Mi cumpleaños empieza igual que el año pasado: me levanto y en mi casa no hay nadie. Al menos este año mis padres no están de vacaciones en Tenerife (sé que suena muy a Steve Urkel). Mi hermana trabajaba, pero este año, sencillamente, ya no vive en casa. Así que me fui a trabajar (qué tiempos de Thyssen) y recordé con miradas penetrantes y sonrisillas que era mi cumpleaños, y es que, como buen Leo egocéntrico que soy, me gusta que me feliciten, no lo puedo evitar. De ahí este post.
 
De momento el día me depara una comida familiar de dudoso gusto, emparejando la palabra "gusto" con "familiar", no con "comida", que creo que hay filetón de ternera, de esos de "átate los machos", que es como deshacer un puzzle de 1000 piezas e írtelas tragando después. El fin de semana traerá las dos primeras celebraciones, que tienen muchas posibilidades de ser un poco fraudulentas, pues son contrarreloj para muchas personas que al día siguiente se van de vacaciones o tienen que trabajar. Ya veremos en qué queda la cosa. Y poco más que decir, que acepto mensajes, llamadas, regalos y transferencias bancarias. Ah, y si eres mujer heterosexual de 1'80 y no buscas los papeles también acepto números de teléfono.

27/07/2004

I'm sorry but you're dismissed 

Qué grande es ese programa. Lo mejor es estar zapeando sin rumbo y ver ante tus ojos dos mujeres lanzándose puyazos por conquistar un tío que se está poniendo cachondo con el espectáculo. Pero el combate ha sido rápido. La universitaria fea ha querido humillar al pibón del siglo diciéndole que no había terminado la carrera, a lo que la otra, armada con poderosísimo escote, le ha replicado: "bueno, pero gano más dinero que tú". La primera en la frente. La segunda ha sido la destrucción absoluta. "¿A qué te dedicas?" le han preguntado a la fea. "Vendo tinta". Cuando el tío ha puesto la cabeza en el hombro del pibón para descojonarse más a gusto, se ha tenido que dar cuenta de que no era su noche. Más aún cuando en los veinte minutos de time out los otros dos se han ido a un jacuzzi, que anda que no sabía la titi. Os juro que es la primera vez que veo a una chica irse del programa llorando.
 
En la siguiente cita, un californiano modelo Blink 182 competía con un chaval normalillo por una moza de diecinueve años del tipo "la culpa es de sus padres". Lo mejor de este programa es ver qué tipo de citas prepara cada uno, porque no tienen desperdicio. El pintillas los ha llevado... ¡a hacer esgrima! y conste que él no tenía ni guarra tampoco. Que no es que no mole hacer esgrima, pero para una cita... En fin. El caso es que el otro, que pasaba por un rollo "quiero ser un maduro atractivo dentro de 20 años pero ahora soy un tirillas" los ha llevado a cenar pizza a un italiano, todo un detalle no elegir el Pizza-Hut. Bueno, a ella le ha triunfado la idea, así que le ha dicho a Greg: "I'm sorry but you're dismissed".
 
Por cierto, ¿por qué no hacen este programa en España?. He visto casos donde las dos tías que aparecían era para caerse de espaldas. Sería algo así como "...you're dismissed but gimme your cell".

25/07/2004

Vuelvo a Florencia 

 
Y se me llena la boca cuando lo digo. El azar ha querido que el billete de avión rumbo a Italia aterrice en la ciudad más bella del mundo. Llegaré sobre las 15:40, y hemos decidido pasar esa noche en Florencia, en vez de ir directamente a Pisa. Así que el catorce de septiembre sobre las cinco de la tarde estaré paseando por las calles que me ponen los pelos de punta, y llegaré a la plaza que para mí es el verdadero centro de la Tierra: la Piazza del Duomo, con La Cúpula de las cúpulas, un Campanile que desborda la imaginación de cualquier hombre y un algo mágico que flota en el ambiente que es la esencia misma del ser humano.
 
Si me paro a pensarlo me colapso, no lo creo, me parece un sueño hecho realidad visitar por segunda vez esa ciudad. No es ya sólo que se trate de la cuna del Renacimiento, blablabla... Es una de las grandes razones por las que estudio lo que estudio y soy lo que soy. Mi interés por todo esto vino porque me llamaba poderosamente la atención un personaje como Leonardo da Vinci. A partir de él comencé a interesarme por la pintura del renacimiento, la mitología y la Historia. Después de eso vino mi cambio de ciencias puras a letras puras (mi madre aún no lo entiende) y decidir que quería estudiar Historia del Arte. Comencé la carrera sabiendo que me iría de Erasmus, y aunque entonces dije que iría a Florencia, el Destino me ha deparado Pisa por alguna razón que comenzaré a descubrir el 15 de septiembre.

15/07/2004

Grandes juegos, grandes historias, sueños 


Llevo varios días enganchadísimo al juego de El Retorno del Rey. Aunque mi madre no me crea y piense que son todos, es de esos pocos juegos de los que cuesta darle a Salir o decirle que no quieres continuar. El juego en sí no es gran cosa, me explico. Es lineal y repetitivo: tienes que matar todo bicho que se te ponga por delante, sea orco, uruk-hai, troll o lo que sea. Lo que lo convierte en un descendiente wagneriano de la obra de arte total es que alternando fragmentos de vídeo, juego y escenas animadas, te envuelve en la atmósfera de la obra de Tolkien. Así, acompañado por la excelente música de Howard Shore (qué raro, un hijo musical de Wagner) sientes miedo en los Senderos de los Muertos, eres capaz de sentir la carga del Portador del Anillo o la verdadera responsabilidad que conlleva ser el encargado de la defensa de la Ciudad Blanca, de Minas Tirith.

Creo que no es casualidad que otro de mis juegos favoritos de ordenador sea el Star Wars Rogue Squadron. (La traducción de rogue por rojo siempre me pareció cómica). El porqué es exactamente el mismo que antes: música de John Williams (otro hijo musical de Wagner, al final todo encaja), acción compartimentada en escenas (¿teatro clásico?) que se suceden de una manera lógica y sentirte un verdadero piloto a bordo de un X-Wing tratando de derribar un AT-Walker mientras tienes tres cazas imperiales a cola. Volvamos al tema. Si estos juegos son tan buenos es porque han sabido captar maravillosamente la esencia de dos de las mejores historias que se han escrito en el siglo XX. No es casual que la mayoría de los que somos seguidores de una historia seamos grandes admiradores de la otra también. Quizá sea porque detrás de las dos está escondido Wagner, o quizá no haga falta ni poner un nombre a eso que tienen las grandes historias que hablan de la esencia del mundo.

Que yo me haya visto esta noche en un sueño luchando en plena batalla de los Campos del Pelennor (para los no iniciados, la última gorda de El Retorno del Rey) tiene una relación directa con el juego, sería absurdo negarlo. Pero me ha dejado preocupado una cosa. Con lo único con lo que podía luchar era con los utensilios de madera que había por el suelo a modo de armas. Creo que no hace falta ser Freud para hacer una pequeña interpretación de esto. Me veo inmerso en una gran batalla en la que no estoy preparado para luchar. Pero, ¿cuál será?. ¿Será sencillamente la batalla de mi vida?. ¿Tendrá que ver con la Erasmus?. ¿No estaré preparado de verdad o serán sólo inseguridades?. Supongo que ya se verá.

11/07/2004

Aciago fin de semana 


Sencillamente para olvidar. En uno de los pocos fines de semana en los que he salido al centro de Madrid viernes y sábado han ocurrido varias cosas (quizá sólo sean dos y algunos despropósitos más) que lo han hecho sencillamente nefasto. Si bien el viernes salí a darlo todo con Pablo y Kike con mi camiseta nueva que dice "AsK me anything" (gracias, chicas), el resultado no fue todo lo deseable. Uno cree que con camisetas con un mensaje tan directo como el de la mía sucederán cosas graciosas con alguna que otra moza, teniendo en cuenta que en la lista de los pubs visitados había dos irlandeses harto frecuentados por angloparlantes y guiris variados. La cosa empieza a torcerse cuando te das cuenta de que tu camiseta peca de ambigua, ya que no especifica quién debe "pedirte cualquier cosa". El tema va decayendo cuando te fijas que los únicos que se han fijado en tu camiseta son seis treintones largos con camiseta de algodón de tirantes (sí, de esas con las que los yankees ven el fútbol americano en el sofá de casa) y shorts a juego, que te recuerdan los primeros momentos de reinvidicación gay allá por los 80. Al cambiar de local, una vez más, es un hombre el que se fija en mi camiseta y me dice (jugando con la otra acepción de "ask", que sería "preguntar", aparte de la de "pedir"): "May I ask you a question?" (Para los no iniciados: "¿puedo hacerte una pregunta?") A lo que yo contesté educadamente que sí, aunque me oliera alguna estupidez. Él, treintón también como mis anteriores amigos, me dice "are you welca?". Welca es la transcripción de una palabra que está a medio camino entre welcome, Anelka, huelga, abuela y Huelva. En fin, momento absurdo que se saldó con una sonrisilla de compromiso y una huída, precursora de la de hoy sábado.

Hoy me he abstenido de camisetas provocativas y me he conformado con un discreto marrón oscuro sin mayor leyenda que las típicas palabras como "Athletics" y algunos números. Pero hete aquí, que en pleno pub de la noche madrileña, entre mis colegas se abre paso una mujer treintona (¿qué tendré para los de esta edad?), bajita, gorda y con gafas de culo de vaso, con cara de poseída por la fiebre del sábado noche que se dirige como una exhalación hacia mi persona y me coge de la muñeca mientras comienza a bailar y a dar algunos grititos. No sé si ante mi cara de estupor, o al verse crecida por el cobarde abandono al que me han sometido los que yo creía mis amigos, ha entonado un prolongado La sostenido sobreagudo que ha sobrepasado en decibelios la música de Bisbal que en esos momentos sonaba, provocando las miradas anonadadas de allegados y desconocidos hacia ese chorro de voz. En mi mente una palabra y un nombre: "huir" y "Maurice Green". Cuando he tratado de zafarme de la llave a la que me tenía sometido me ha dicho en tono festivo: "venga, que acabo de llegar". Terror. Por fortuna, y por algún extraño sortilegio, me ha soltado y ha ido a buscar alguna otra presa. Por si todo esto fuera poco, al ir en busca de otro pub en el que entrar, nos han engañado con el típico truco del chupito gratis. Cuando hemos entrado, una camarera se ha servido de su poderoso escote para echarnos en los vasos una mezcla de líquidos de un sabor entre Brummel y Hugo Boss que aparte de cortarme los labios, me ha curado un par de heriditas de la boca y me ha hecho perder la cuenta del agua que llevo ingerida desde que he llegado a casa. Precioso, para enmarcar.

Quizá lo mejor de todo sea tener un colega como Kike, que una vez más, ha tenido la santa paciencia de sacar su preciado Golf y llevarnos y traernos acompañados de la mejor música. Todo un señor.

09/07/2004

El deporte a los 21 


Llegó el verano. Y con él el tiempo libre. Bueno, el tiempo libre compartido, quiero decir. Que al fin tus amigos también pueden quedar a las siete de la tarde sin que se tengan que ir a casa a las diez. Por eso el deporte ha vuelto a entrar en nuestra vida cotidiana. Y no sólo fútbol, ojo, que el baloncesto se ha hecho un hueco importante en las actividades deportivas en forma de concurso de mates en canastas de minibasket. Pero a los 21 no es lo mismo que a los 18, y desde luego nada que ver con los 13. ¿De dónde sacaba entonces tanta energía para pelotear durante horas y horas? ¿Por qué ahora me pego dos carreras y estoy asfixiado, cansado y con ganas de sentarme? A los 18 todo tenía un carácter pseudoprofesional, con entrenamientos (algunos acababan a las once de la noche y todo) y club organizado (a mayor o menor escala) que te hacían sentir como un auténtico deportista de elite de tu barrio. Pero a los 21... ¿Tanto he cambiado? ¿Tanto he engordado? La báscula dice que cuatro kilos, pero se han tenido que ir a todos a esas piernas que ya no resisten tanto o a esos pies que tanto me duelen ahora. Debe de ser que a partir de cierta edad esto requiere un esfuerzo continuo y ya no vale aquello de la chispa y el genio innato que nunca tuve. En fin, si el ejercicio continuado de la práctica deportiva a lo largo del verano me devuelve la forma en la que algún día estuve lo contaré orgullosísimo. Mientras me duelan los pies y las piernas como hoy, creo que sólo podré contar lo divertido que es jugar a la PlayStation con multipad.

05/07/2004

Will is back 


Señores (y señoras, que si no ZP se enfada), estamos de enhorabuena. A partir de mañana Antena 3 vuelve a emitir "El Príncipe de Bel-Air", diariamente a las 13:00. Vuelve la serie con la que más he podido reírme en toda mi vida. Es una serie que combina muchos tipos de humor, desde el de "caca, pedo, culo, pis" hasta el profundamente ácido de Jeffrey, mayordomo inglés de reina y té. En ella no hay diálogos excesivamente agudos, lo que reina es la fuerte personalidad de cada personaje, que va dando carácter a cada episodio, yendo en muchas ocasiones in crescendo hasta llegar a un final casi shakesperiano donde todo estalla; creo que todos recordamos aquello de "Hillary, caca". En fin, en mi opinión una gran serie donde no reírse parece cosa de locos. ¿Repetida y manida? Supongo, pero también creo que el que sea la serie con la que crecí le ha dado un matiz especial. Mañana estaré como un clavo para ver el capítulo en el que Will aparece por primera vez en la mansión de los Banks.

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